Sallent de Gallego
El pantano de Lanuza
En la fuente del recuerdo de mi madre
Un año después
Presagios
El
tiempo ya no pasa,
vamos
nosotros fluyendo por su lecho,
nos
deslizamos
por
las rocas de los días,
remoloneamos
en
los meandros de los buenos momentos,
nos
deleitamos
en
las fuentes de las voces amigas,
nadamos
en
pantanos
de
inalcanzables sueños.
Curiosa
percepción:
Con
el tiempo
Nos
vamos espesando.
Fluyen
con nosotros
todos
los que
siguen
estando
aunque
ya no están:
La
vida se va volviendo un precioso mar de paradojas azules.
Por
ejemplo,
mamá:
eres
y ya no estas.
Tu
acto de existir se extinguió hace un año
(aunque
ya habías salido meses antes del escenario)
Desertaste
el cierzo de los verbos y sus arduas conjugaciones
para
deslizarte
como
una brisa suave
en
la calidez ligera de los pronombres:
Conmigo,
por
él,
para
ella,
entre
nosotros…
Libre,
por fin, mamá
de
tu yo
y ya
sin miedos.
Déjame
conjugar tu ultimo verbo
en
la primera persona del plural,
la
única que persiste al desgaste del tiempo:
“Somos”
agua,
roca
y
rosal.
Recuerdo de Sallent de Gallego, julio 2013
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