viernes, 29 de enero de 2010

Contra la guerra por el agua


En el Día Escolar por la No Violencia y la Paz (DENIP)

El siglo XXI ha sido definido por algunos expertos como el de la “guerra por el agua”. Lo cierto es que hace décadas que en diversas zonas del planeta se agudiza la disputa sobre el control de cursos de agua, por reservas del subsuelo, o directamente por el dominio territorial que asegure el uso y disfrute de esas fuentes de recursos. En nuestro continente todos tenemos presente el conflicto generado hace unos años en Cochabamba, Bolivia, cuando la población se alzó contra la privatización del agua potable, una rebelión finalmente victoriosa, pero a costa de varios muertos y heridos. Más recientemente, el presidente Evo Morales dispuso finalizar el contrato con “Aguas de Illimani“, el nombre bajo el cual actuaba una filial de una multinacional francesa, denunciando la falta de cobertura y miles de denuncias por abuso contra la compañía que tenía el suministro del líquido vital a las poblaciones de La Paz y El Alto. En aquel entonces, el dirigente boliviano afirmó rotundamente que el agua era un bien y un derecho de la gente, y que no podía considerarse propiedad de nadie. Exhortó entonces a la comunidad internacional a defender y a ejercer la democratización del agua.

La invasión y ocupación de Irak por Estados Unidos y Gran Bretaña en el 2003, tuvo un claro objetivo geoestratégico bajo el falso argumento de las “armas de destrucción masiva” de Hussein. Además del petróleo, el control territorial también apuntaba a los dos rios más importantes de Medio Oriente.

Otra evidencia de la doctrina “el agua es para quien se apropia de ella“, la constituye el proceso desarrollado por el estado de Israel, en una conjunción de militarismo y tecnología en perjuicio del pueblo palestino. Allí la ocupación gradual de territorio, y la política de asentamientos, ha estado siempre ligada a las disponibilidades de los acuíferos de la región. El perjuicio para los palestinos es más que evidente. El Informe del Desarrollo Humano 2006 del PNUD ( organismo de las Naciones Unidas sobre Poblaciones ) indica que “la distribución desigual se refleja en discrepancias muy marcadas en la utilización del agua entre israelíes y palestinos. La población israelí no alcanza a ser dos veces más grande que la palestina, pero su uso total de agua es siete y media veces más alto. En Cisjordania, los colonos israelíes utilizan mucha más agua por persona que los palestinos y más que los israelíes en Israel : consumen casi nueve veces más agua por persona que los palestinos. Desde cualquier punto de vista, las disparidades son amplias.” Y volviendo nuevamente a nuestro continente americano, recordar que el gigantesco Acuífero Guaraní que abarca amplias zonas del subsuelo de Argentina, Brasil y Paraguay, es objeto de la codicia de los Estados Unidos, cuyo mando estratégico en la región ya intentó incursiones en el área bajo el argumento de que la región conocida como “la triple frontera” esconde actividades de organizaciones terroristas islámicas. Estamos hablando de una de las mayores reservas de agua subterránea del planeta, calculada hoy en 55 mil kilómetros cúbicos. ( Cada kilómetro cúbico equivale a un billón de litros de agua) . La recarga natural del acuífero sería de 160 o 250 kilómetros cúbicos cada año, de tal forma que con la explotación de 40 kilómetros cúbicos anuales podría abastecerse a 360 millones de personas, que recibirían una dotación de 300 litros a diario. ( Interesados consultar en www.serpal.info el envío 259-04 , “Disputa por el oro azul” que contiene amplia información sobre el tema ).

Fuente: WEB "Paz es fuerza"


DENIP

Mahatma Gandhi


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